El castillo de Niebla encuentra sus orígenes en tiempos romanos, restos que fueron utilizados en la construcción musulmana, artífices de la fortaleza que pasa a manos cristianas en 1262 gracias a la acción de Alfonso X.
Lo más destacable de la fortaleza es su muralla de dos mil metros con cinco puertas y 48 torres, rectangulares y octogonales. El recinto alberga 4 parroquias.
En el norte se situaba el alcázar musulmán, luego castillo de los Guzmanes, con doble muralla rematada con torres cuadradas y octogonales.